Con el telón de fondo de las montañas andinas y la historia de resistencia indígena que late en esta tierra, Vicente Alanoca Arocutipa se convirtió en el primer aymara en lanzar su precandidatura a la presidencia de la República del Perú. Lo hizo desde su comunidad en Ilave, bajo la bandera del partido Nuevo Perú, por el Buen Vivir, llevando consigo no solo una propuesta política, sino el peso de siglos de lucha de los pueblos originarios.
Alanoca no llega solo. Su figura se enlaza con una tradición de líderes indígenas que, desde tiempos coloniales, han desafiado el poder establecido. Carlos Condorena Yujra, quien en 1923 encabezó un levantamiento en Puno y fundó la efímera «Ciudad de las Nieves de Huancho», buscó crear una república indígena libre de la opresión gamonal. Hoy, Alanoca retoma ese legado, pero con una estrategia distinta: competir en las urnas, frente a los grandes nombres de la política peruana.
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«No somos de izquierda, centro ni derecha; somos del pensamiento político ancestral andino»
En un escenario donde otra figura indígena e ilaveño Walter Aduviri Calisaya, enfrenta persecución judicial, por liderar la lucha de las comunidades indígenas aymaras por defender sus territorios, Alanoca representa una nueva generación que busca cambiar las reglas del juego. Alanoca avanza con un discurso que trasciende las divisiones tradicionales.
«No nos encasillamos en ideologías foráneas», afirma. Su propuesta se nutre del «pensamiento político ancestral andino», una visión que integra justicia comunitaria, reciprocidad y armonía con la naturaleza. Su formación académica respalda su discurso: doctor en Derechos Humanos y Desarrollo, doctor en Historia de América Latina y Mundos Indígenas, magíster en Lingüística Andina y licenciado en Antropología y Educación.
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Un debate de igual a igual: ¿Está preparado el Perú para un presidente indígena?
Alanoca no se intimida ante los pesos pesados de la política peruana. «Debatiré de igual a igual con Keiko Fujimori, Rafael López Aliaga, Martín Vizcarra o Hernando de Soto», asegura. Su trayectoria internacional –como investigador en la Universidad Complutense de Madrid y docente visitante en diversas universidades– le da herramientas para enfrentar un escenario mediático que, históricamente, ha marginalizado las voces indígenas.
Además, su lucha contra el «terruqueo» –la estigmatización de líderes indígenas como terroristas– es clara: «No podrán acallarnos con ese discurso», afirma. Fundador de la Asociación Centro de Investigación y Escuela de Pensamiento Crítico Aymara, Alanoca busca no solo un puesto en el gobierno, sino reivindicar la presencia indígena en los espacios de poder.
Un sueño que viene desde 1923
El levantamiento de Carlos Condorena Yujra terminó en masacre, pero sembró una semilla. Cien años después, Vicente Alanoca retoma esa bandera, pero con las armas de la democracia. Su candidatura es un mensaje: los pueblos originarios no son solo folclore; son actores políticos con voz propia.
El camino no será fácil. Pero mientras los aymaras, quechuas y amazónicos miran hacia Ilave, algo es seguro: la historia del Perú no se escribirá sin ellos.
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