Desde hace meses, el Comité de los Derechos del Niño de la ONU ha venido advirtiendo sobre las medidas impulsadas por el Congreso y el Gobierno que afectan los derechos de los niños. La más preocupante es el entusiasmo de Juan José Santivañez y varios congresistas por reducir la edad de responsabilidad penal a 16 y 17 años. Los expertos del comité recordaron a Perú que está suscrito a la Convención sobre los Derechos del Niño desde 1990 y que esta propuesta contradice los estándares internacionales de protección infantil.
Además, no existe evidencia de que juzgar a adolescentes como adultos ayude a su rehabilitación. De hecho, las cárceles terminarían siendo escuelas donde los menores perfeccionan sus habilidades delictivas, como ya advirtió la presidenta del Poder Judicial ante el Congreso.
¿Será que ahora Dina y el Congreso también querrán salirse de la Convención para seguir impulsando propuestas populistas?
Chat revela que Juan José Santivañez quiere ser presidente en 2026
Aguantar a Dina y seguirle el juego parece ser parte del verdadero plan de Juan José Santivañez, pues ahora se sabe que busca llegar a la presidencia en 2026. Así lo reveló un chat publicado por Hildebrandt en sus trece, donde Santivañez se muestra esperanzado en “hacer las cosas bien” en la PNP y asegurarse como el próximo presidente del Perú. La conversación la tuvo con su ex “amigui”, el capitán PNP Junior Izquierdo, alias Culebra, y se suma a la larga lista de cuestionamientos al flamante ministro del Interior.
Eso explicaría el blindaje extremo que recibe en el Congreso, a pesar de la pila de irregularidades en su contra y sus nulos resultados frente a la inseguridad ciudadana. Pero ahí sigue el minsitroll , denunciando a quien lo investiga, posando de honesto y correcto, mientras entorpece diligencias. Algo que, por cierto, ha admitido en más de una entrevista.
Alertan que gobierno destacará a Julio Demartini a la embajada del Vaticano, buscando inmunidad ante investigaciones por caso Qali Warma
Parece que Julio Demartini, exministro vinculado al caso Qali Warma, está a punto de conseguir el santo salvavidas de su carrera: ser embajador en el Vaticano. Juan Burgos, congresista fiscalizador, ha lanzado una alerta roja: si el gobierno de Dina Boluarte lo nombra, Demartini obtendría inmunidad diplomática gracias a la Convención de Viena (1961), ese manual de supervivencia para diplomáticos que, entre líneas, dice: “Aquí no me tocas”.
¿Las ventajas? Nada de pesquisas, allanamientos o interceptar sus llamadas (¿alguien dijo WhatsApp seguro?). Mientras el Ministerio Público investiga su presunta omisión en intoxicaciones infantiles en Puno y Cajamarca, esta designación, respaldada por el premier y canciller, podría convertir al Vaticano en su resort blindado. Burgos lo resume: Es como darle un pasaporte dorado para evadir la justicia. ¿Un cargo en el Vaticano?
Qué casualidad que coincida con la necesidad de evitar preguntas incómodas. Eso sí: si el exministro termina rezando en Roma, las pruebas contra él podrían quedar en el limbo. ¿Prioridades del gobierno?: ‘Rescatar a nuestra gente investigada’.
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