El cortometraje animado Kkaira Marka, dirigido por la cineasta regional Magaly Torres Barrientos, emerge como una potente llamada de alerta sobre la inminente extinción de la rana del Titicaca, un anfibio endémico cuya desaparición desestabilizaría gravemente el ecosistema lacustre más alto del mundo.
Un símbolo visual para la conservación
“Kkaira Marka”, que en aimara significa “Ciudad Rana”, fusiona animación 3D con estética 2D para narrar la historia de este emblemático anfibio. Torres explica que el proyecto emplea a la rana como metáfora de la fragilidad de la biodiversidad:
“Si no actuamos con urgencia, perderemos para siempre una especie irreemplazable y con ella, el equilibrio natural del Titicaca”, afirma la directora.
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La propuesta artística no solo destaca la belleza de la especie, sino que expone las amenazas —contaminación, pesca indiscriminada y cambio climático— que acechan su supervivencia.
De la idea a la pantalla: un largo camino de sacrificio
Aunque el proyecto recibió un incentivo económico de DAFO en 2019, los fondos resultaron insuficientes. La pandemia de COVID-19 y las restricciones presupuestales obligaron al equipo puneño a financiar gran parte de la producción con recursos propios durante los últimos años.
“Trabajamos contra el reloj y el bolsillo, pero sabíamos que este mensaje debía llegar al público”, comenta Torres.
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Finalmente, Kkaira Marka estrenará este año, consolidándose como un hito en el cine de animación regional.
Arte y activismo: alianzas necesarias
La directora subraya que la trascendencia de Kkaira Marka radica en su capacidad para movilizar apoyos:
- Sector privado y ONG: Imprescindibles para financiar y difundir proyectos culturales con impacto ambiental.
- Público general: Su participación activa, mediante visualizaciones y donaciones, puede marcar la diferencia.
Torres advierte que el arte regional tiene el poder de transformar realidades: “Un cortometraje puede sembrar conciencia y propiciar políticas de protección para la rana del Titicaca y otras especies amenazadas”.
Hacia una conservación participativa
El estreno de Kkaira Marka no solo pretende deslumbrar con su calidad técnica y narrativa, sino inspirar acciones concretas:
- Educación ambiental en comunidades ribereñas.
- Campañas de limpieza y control de vertidos al lago.
- Regulación de la pesca artesanal para evitar capturas accidentales.
Este cortometraje es un ejemplo vivo de cómo el cine puede convertirse en un motor de cambio social y ambiental, impulsando desde Puno una defensa global de la biodiversidad.
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