En un giro inesperado en el macabro hallazgo de Giraldina Tinoco Coya, de 60 años –comerciante de frutas originaria de Quillabamba–, la Policía de Juliaca ha detenido a su pareja, Julio Corimanya Ancco (32), como presunto responsable del homicidio. El hecho se conoce luego de que, tras ser localizado el cadáver en un descampado de la urbanización Santa Catalina, vecinos alertaran a las autoridades y el propio sospechoso se presentara en la escena, reconociendo los restos de su esposa.
Según fuentes policiales, el hallazgo se produjo el pasado miércoles 9 de abril en la urbanización Santa Catalina II, donde el cuerpo, maniatado y con claros signos de violencia, despertó la indignación de la comunidad. La situación se agravó cuando, minutos después del reconocimiento inicial, agentes realizaron una diligencia en una vivienda situada en el jirón Intihuatana, en la que se obtuvieron evidencias incriminatorias que llevaron a la detención de Corimanya. Las investigaciones preliminares indican que en el proceso criminal se reconoce la presencia de múltiples factores de violencia agravada y posibles conexiones con otros delitos.
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Vecinos del sector expresaron su conmoción ante el brutal asesinato de Giraldina. “Nos duele y nos enfurece ver a una mujer trabajadora, que tenía proyectos y derecho a vivir, convertirse en una cifra más dentro de la violencia que azota a nuestras comunidades”, manifestaron algunos ciudadanos. Líderes sociales y defensores de los derechos de la mujer han hecho un llamado a no normalizar estos hechos, advirtiendo que el feminicidio sigue siendo una realidad constante que requiere sanciones severas y acciones preventivas.
El Ministerio Público ya ha asumido la investigación y se espera que, en las próximas horas, se convoque al detenido para que rinda declaración en relación a este trágico suceso. Mientras tanto, la Policía Nacional continúa trabajando en las diligencias de la causa, y el cadáver de Giraldina se encuentra a la espera de la necropsia, la cual determinará con exactitud las causas de su deceso.
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Este lamentable suceso en Juliaca se suma a la denuncia constante de la violencia contra las mujeres y plantea interrogantes sobre la seguridad y protección en las zonas urbanas. Ante la creciente indignación social, diversos sectores piden justicia para Giraldina, reclamando que casos de feminicidio sean investigados y sancionados con todo el rigor de la ley.
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