La región Puno enfrenta una crisis agrícola debido a las heladas, que han dañado cultivos fundamentales como la papa, la quinua y las habas en 15 distritos de diversas provincias. Este fenómeno climático pone en riesgo la economía de cientos de familias campesinas que dependen de la agricultura como principal fuente de sustento.
Impacto en las zonas afectadas
Entre las localidades más golpeadas figuran distritos como Pichacani, en la provincia de Puno; Azángaro, Caminaca, Chupa y Achaya, en Azángaro; Ilave y Pilcuyo, en El Collao; además de Lampa, Palca y Nicasio. Las temperaturas extremas han provocado pérdidas significativas, reduciendo la capacidad productiva y generando preocupación en las comunidades rurales.
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Las municipalidades distritales, en colaboración con las oficinas agrarias, han iniciado evaluaciones para identificar la magnitud de los daños. Según informes preliminares, la prioridad es brindar apoyo a los agricultores a través de programas de emergencia que incluyan asistencia técnica y, potencialmente, compensaciones económicas.
Respuesta de las autoridades
El Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) de Puno lidera las acciones de monitoreo y coordinación con las autoridades locales y los comités de defensa civil. Su objetivo principal es garantizar la atención inmediata a las zonas más afectadas y promover medidas sostenibles frente a la recurrencia de las heladas.
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«Estamos trabajando para identificar las necesidades más urgentes y establecer estrategias que permitan mitigar las pérdidas agrícolas», informó un representante del COER.
Llamado a la acción y prevención
Esta situación evidencia la necesidad de reforzar las estrategias de prevención ante fenómenos climáticos extremos, así como de implementar políticas que respalden a los agricultores. Las familias campesinas no solo enfrentan pérdidas económicas, sino también un impacto significativo en su seguridad alimentaria.
Además, el abastecimiento de mercados locales podría verse comprometido, lo que plantea desafíos adicionales para la región.
Es fundamental que las autoridades, en coordinación con el gobierno nacional, prioricen medidas que brinden soluciones integrales y garanticen la resiliencia del sector agrícola frente a futuros eventos climáticos.
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