Una metida de pata tiene en graves problemas a los ministros Julio Demartini y Morgan Quero. Llegó a la Fiscalía un audio donde un supuesto interlocutor de los ministros ofreció puestos de trabajo en el Estado a Noemí Alvarado, pieza clave en el caso Frigoinca y Qali Warma. El negociador se llama Carlos Guillén Anchayhua, es apurimeño, aparece en fotos con Dina Boluarte y Julio Demartini. Incluso se reúne con altos funcionarios del Ministerio de Educación. Guillén Anchayhua fue hasta la casa de la testigo y se presentó como representante de Morgan Quero y dijo que Dina estaba preocupada por el impacto del caso Qali Warma.
Con esa excusa le pidió detalles de la información y la implicación de otros funcionarios del gobierno. El nuevo escándalo fue revelado por Latina. Tras el destape, el Ministerio Público anunció que abrió una investigación preliminar en contra del ministro Julio Demartini por presunta negociación incompatible y obstrucción a la justicia. Una vez más, Dina y sus esbirros demuestran que son terribles bribones monses. Ahora sí, ni la brujería los va a salvar.
El Congreso peruano hizo tan mal su trabajo en 2024 que ahora es urgente arreglar el desastre que dejaron. Actualmente, los congresistas están en lo que se denomina receso parlamentario, un período en el que los plenos están en pausa y solo sesiona la Comisión Permanente. Sin embargo, hay temas que no pueden esperar hasta el 28 de febrero y requieren la participación inmediata de todos los otorongos. Uno de los casos más críticos es la investigación sobre la presunta red de prostitución en el Congreso que, a medida que avanza, revienta más la pus. Por ello, el presidente de la Comisión de Fiscalización ha solicitado convocar una sesión extraordinaria del Pleno para otorgar facultades investigadoras a su comisión.
Por otro lado, el ministrillo del Interior, Juan José Santiváñez, ha adelantado que el gobierno observará la ley que restituye la detención preliminar. Así se seguirá retrasando procesos judiciales urgentes, como los casos relacionados con Qali Warma o el Cofre. Estás observaciones solo podrían discutirse en una sesión plenaria. Así que, con todos estos pendientes, queda en manos de Eduardo Salhuana, presidente del Congreso, convocar una sesión extraordinaria, aunque sea para disimular la ineficiencia de su gestión.
Gobierno de Dina Boluarte exige un alto a la represión en Venezuela, olvidando la deuda social que tiene en el país y con las familias que enlutó dos años atrás.
El 9 de enero marcó una ola de protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro y su asunción como presidente por tercera vez consecutiva. Al rechazo se sumaron diversos gobiernos latinoamericanos, incluido el de Perú. Dina Boluarte se pronunció, no en uno, sino en varios comunicados, manifestando su profunda preocupación y rechazo enérgico hacia —escuchen bien— los actos de represión, persecución, detenciones arbitrarias y secuestros contra miembros de la oposición por parte del régimen venezolano. Así es, Dina Boluarte ignoró por completo a los 18 fallecidos y al centenar de heridos que su gobierno dejó en Juliaca hace dos años, precisamente el mismo día.
Pero eso no es todo. Hoy nuevamente condenó enérgicamente que Nicolás Maduro haya juramentado como presidente, exigiendo que se inicie de inmediato la recuperación de la institucionalidad democrática y el respeto a la voluntad del pueblo venezolano. Todos sus comunicados dejaron pura burla entre los usuarios de redes sociales. Así, no extrañaría que la historia encuentre a Dina Boluarte y Nicolás Maduro más parecidos de lo que se imaginan. Señora, deje de ver la paja en el ojo ajeno y mire la viga que tiene en el suyo.
