El alcalde Luis Pantoja, PNP, el Ejército Peruano, delegaciones de las 13 provincias y la población en general presidieron un emotivo recorrido y ceremonia en la Plaza Mayor del Cusco.
El recibimiento y homenaje a los restos simbólicos de Fernando Túpac Amaru Bastidas en Cusco fue un evento profundamente significativo y emotivo para la población, conmemorando la historia y el legado de la dinastía Inca. Tras más de 240 años, en un acto de reparación histórica y reivindicación de los pueblos originarios, los restos simbólicos del hijo menor de la gran familia Túpac Amaru retornaron a la tierra que lo vio nacer.
Este acto no solo fue un homenaje a un símbolo de lucha, sino también una reafirmación de la identidad cultural de la región. La participación activa y multitudinaria de la comunidad, desde los estudiantes hasta las delegaciones de las 13 provincias, resaltó el fuerte vínculo de la población con su historia y sus raíces. El recorrido que inició en el Aeropuerto Alejandro Velasco Astete, donde la Policía Nacional del Perú rindió Honores y dio la bienvenida al “Hijo Menor de los Andes”; procediendo así al emotivo recorrido por las arterias más importantes de la ciudad como: la Av. Velasco Astete, Av. 28 de julio, Óvalo Pachacútec y la Av. El Sol, recorrido que estuvo marcado por la presencia de miles de cusqueños quienes con banderas en mano arengaban de alegría. Al ingresar a la Plaza Mayor del Cusco fue el turno del Ejército Peruano, quienes también, rindieron merecido tributo al hijo de los líderes de la Revolución Indígena más grande e importante de América Latina.
Uno de los momentos más emotivos fue la escenificación simbólica del regreso del último descendiente de la gran Dinastía Inca, donde la primera autoridad provincial, Luis Pantoja Calvo, entregó la urna con un puñado de tierra sagrada a las figuras de Túpac Amaru II y Micaela Bastidas, destacados líderes y precursores de la Independencia del Perú, seguido de la declamación de los sagrados escritos del poema “Canto Coral a Túpac Amaru”.
Este acontecimiento, encabezado por el alcalde del Cusco, Luis Pantoja Calvo, representa un capítulo inédito de la historia de Cusco, al revalidar el amor por la memoria histórica y el compromiso de seguir preservando y transmitiendo este legado a las futuras generaciones. La repatriación de los restos simbólicos no solo rememora una gesta de lucha, sino que también se convierte en un recordatorio del valor de la identidad y el orgullo cusqueño.