Trabajo y miedo son cosas que el coronel Harvey Colchado no tiene. Por eso, desde que pasó al retiro, ha decidido mandarse con todo y usar su fuerza contra quienes vienen desempeñando una paupérrima gestión al frente de la Policía Nacional. Después de insistir en que varios oficiales pagaron sobornos para ascender a grados superiores, Colchado ha empezado a recibir una pila de cartas notariales. Entre ellas, las del general semiótico Óscar Arriola y el general Jhonny Véliz, quienes exigen que en un plazo de 72 horas se rectifique, presente pruebas o se atenga a una demanda por difamación. Al toque, Colchado respondió que no tiene pensado rectificarse porque la información es pública.
Es más, les sugirió que, en lugar de pedirle pruebas a él, se las soliciten a su jefe, el ministrolazo del Interior, Juan José Santiváñez, quien, casualmente, fue abogado de uno de los involucrados. Hasta les dejó el link de la audiencia donde el ministro aparece como defensa legal. Ya de yapa, metió en el tema a congresistas como José Cueto, quien en su momento acusó a la PNP de tener mafias internas, pero ahora no dice ni pío. Colchado está desatado y no parece que vaya a parar.
Vladimir Cerrón publicó un tweet, aprovechando la tragedia en Trujillo, para equipararlo con su captura
Vladimir Cerrón, el líder de Perú Libre que parece confundir Twitter con un reality show, ha vuelto a la carga. Tras el derrumbe en el Real Plaza de Trujillo, el prófugo lanzó un reto digno de telenovela:
Si encarcelan a Rodríguez Pastor por el homicidio real de seis ciudadanos y 84 heridos graves en Trujillo, mañana mismo me entrego por el ‘daño potencial’ del que me acusan
Un intento de equiparar una tragedia real con sus problemas legales. Pero Cerrón no es nuevo en esto de trolear desde las sombras. En diciembre, subió un video de una carretera nevada con el misterioso subtítulo: “En algún lugar de un gran país”. Y ni hablar de sus entrevistas clandestinas. Mientras las víctimas de Trujillo lloran a sus familiares, Cerrón sigue jugando al gato y ratón con la ley, demostrando que, en su mundo, hasta las tragedias son material para memes.
Congresistas recibirán, por segunda vez, nuevos celulares de alta gama para votar y marcar asistencia.
En medio de la tragedia que paralizó al país todo el fin de semana, en el Congreso intentaban pasar piola la noticia de que, además de su lujoso buffet, también tendrán nuevos celulares. Por segunda vez, los padrastros de la patria renovarán sus equipos por otros de alta gama, con harta memoria y un plan mensual pagado, por supuesto, por todos los peruanos. La excusa de esta nueva excentricidad es que los celulares no deben tener más de un año de antigüedad, así que es hora de renovarlos.
En 2023, 92 congresistas solicitaron este beneficio, y este año habrá que ver quiénes tienen la cara de volver a pedirlo. Todo esto mientras la ciudadanía los rechaza por aprobar una ley que apeló a su lado sentimental tras la muerte del excongresista Nano Guerra García, pero que, en la práctica, terminó beneficiando a grandes empresas, como los centros comerciales, que se saltaron fiscalizaciones y culminaron en tragedias como la de la Real Plaza de Trujillo. Así estamos.