En los últimos días, la región de Puno ha sido azotada por intensas lluvias que han provocado desbordes de ríos, inundaciones en cultivos y viviendas, y graves daños a la agricultura. Sin embargo, lo que ha llamado la atención de muchos es la inacción del gobernador regional Richard Hancco Soncco frente a esta situación de emergencia, dejando a los damnificados a su suerte, sin una presencia activa en el lugar de los hechos ni dirección en las labores de rescate y mitigación.
A diferencia de otros gobernadores en situaciones similares, quienes sí se han mojado los pies para estar al frente de la emergencia, Hancco parece haber adoptado una postura de total indiferencia. El pasado 6 de marzo de 2025, mientras el Gobierno Regional de Puno desplegaba maquinaria pesada y entregaba ayuda a los damnificados en el distrito de Chucuito, fue la vicegobernadora Margot De La Riva quien lideró las actividades, ya que el gobernador no estuvo presente, ni se hizo notar en los lugares afectados. Esta ausencia se suma a su falta de liderazgo desde que las lluvias azotan la región.
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Lo mismo sucedió en la provincia de Sandia, una de las zonas más afectadas por las fuertes lluvias. Ante la emergencia registrada por las intensas precipitaciones, el Gobierno Regional de Puno activó un plan de intervención como acción de respuesta, enmarcado en el D.S. N°021-2025-PCM, a fin de mitigar los daños causados por las torrenciales lluvias que han afectado gravemente la zona. Por disposición del gobernador Richard Hancco Soncco, se movilizó maquinaria pesada y otros recursos, como combustible, para ejecutar las acciones de respuesta a la emergencia. Sin embargo, el gobernador no estuvo presente en el lugar para supervisar directamente la situación ni para coordinar de manera personal las labores de ayuda y mitigación. Es evidente que la presencia en terreno, especialmente en momentos como estos, es crucial para dar dirección y garantizar la correcta implementación de los planes de emergencia.
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Pero si retrocedemos en el tiempo, vemos ejemplos de otros gobernadores que, en situaciones similares, no dudaron en estar presentes en el terreno de las emergencias, tomando decisiones rápidas y mostrando su compromiso con la población.
Walter Aduviri, por ejemplo, es uno de esos gobernadores que ha demostrado su compromiso en situaciones de emergencia. Recordemos lo sucedido el 5 de febrero de 2019, cuando las lluvias causaron el desborde del río Suches en Cojata -Huancané. Desde las primeras horas de la mañana, Aduviri, acompañado por los integrantes de la Plataforma de Defensa Civil, acudió personalmente a los lugares afectados, para atender las necesidades de la población. Esa actitud de estar “en el barro” y vivir la emergencia en carne propia lo hizo ganar la confianza de muchos ciudadanos que lo vieron como un líder presente y cercano.
Otro caso que destaca es el de Mauricio Rodríguez, quien, cuando se enfrentó a graves emergencias en la región durante su gestión (2013), no dudó en movilizarse rápidamente para que el presidente de la república, Ollanta Humala, llegara a Puno para apoyar a la población afectada por las intensas nevadas en la provincia de Carabaya. No solo fue Rodríguez quien estuvo al frente, sino que otros consejeros como Hugo Muñoz Guerra también se comprometieron activamente para exigir la declaratoria de emergencia y acelerar la respuesta del gobierno central. (Foto Agencia Andina)
Y si hablamos de gobernadores comprometidos, no podemos dejar de lado a Juan Luque Mamani y Germán Alejo, quienes, con chaleco de emergencia puesto y mostrando un liderazgo visible, también estuvieron en primera línea enfrentando las emergencias que afectaron a la región, mientras la imagen de Richard Hancco permanece ausente.
En contraste, hoy, bajo el liderazgo de Hancco, el Consejo Regional de Puno, que en su mayoría está compuesto por la agrupación Reforma y Honradez, también parece mostrar una total inacción, sin presentar iniciativas para declarar el estado de emergencia por el desborde de ríos o por las fuertes lluvias e inundaciones que están afectando a los pobladores. ¿Por qué no se ve a los responsables actuar como en otros momentos de emergencia?
En resumen, mientras la población de Puno sufre las consecuencias de la emergencia y pide ayuda, el gobernador Richard Hancco sigue sin dar la cara, dejando a su equipo de trabajo hacer lo que puedan sin una dirección clara desde la gobernación. En un momento como este, la presencia de las autoridades en el terreno y el compromiso real con los afectados es vital, algo que otros gobernadores han demostrado en situaciones pasadas, y que sigue siendo una tarea pendiente para Richard Hancco.
¿Dónde está el gobernador? La pregunta resuena en las mentes de los puneños que, mientras tanto, enfrentan la adversidad sin la atención que necesitan de su gobernador.
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