El reciente anuncio de Génesis Tapia sobre el fin de su matrimonio con Kike Márquez ha puesto nuevamente bajo los reflectores mediáticos las complejidades de una ruptura matrimonial. Lo que para muchos podría parecer un simple divorcio de mutuo acuerdo, en el caso de la figura pública, se perfila como un proceso legal con implicancias más profundas, tocando directamente el tema de las causales de divorcio en la legislación peruana.
Génesis Tapia ha sido enfática: ha iniciado los trámites de separación y no hay marcha atrás. Su decisión se sustenta en reiteradas desilusiones, siendo la gota que derramó el vaso una revelación que ella misma compartió con un medio:
“Descubrí que seguía mandando solicitudes de amistad, pues una de mis seguidoras me escribió y con eso doy por cerrado este capítulo en mi vida”, le confirmó la exbailarina a Trome.
Además, señaló que no piensa darle una nueva oportunidad al padre de sus hijos.
Pero más allá de la noticia de farándula, las declaraciones de Tapia abren un importante debate legal. «Procederé con la liquidación de la sociedad de gananciales como es debido, pero estoy evaluando divorciarme por conducta deshonrosa y solicitar una indemnización. He recopilado todas las pruebas necesarias. También observaré cómo se comporta con mis hijos», expresó.
Este escenario dista mucho de un divorcio notarial o un proceso de divorcio por mutuo acuerdo, que son vías rápidas y consensuadas. La intención de Génesis Tapia de invocar la «conducta deshonrosa» como causal y buscar una indemnización, la sitúa en un camino judicial que requiere la pericia de una abogada de familia para navegar por los pormenores legales y proteger sus derechos.
¿Cómo se configuran estas causales de divorcio en el marco legal peruano? ¿Y qué implica una demanda de indemnización por daños en un contexto de separación conyugal? El caso de Génesis Tapia nos ofrece una ventana para comprender que, a veces, el fin de un matrimonio va más allá de la firma de unos papeles, involucrando una defensa legal estratégica para el bienestar y la justicia de las partes.